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Sin embargo, estas actividades y cursos de las Escuelas Deportivas Municipales se impartían por monitores contratados de forma irregular, lo que conllevó denuncias a la Inspección de Trabajo, expedientes de sanción contra el Ayuntamiento y otro tipo de perjuicios derivados de pretender mantener una estructura al margen de la ley.
Estas irregularidades, sumadas a otras de tipo contable, forzaron la salida de Ana Sarabia. El Ayuntamiento no tuvo más opción que dar un giro radical a su política deportiva y a partir de 2009 serían los clubes deportivos de la localidad los que asumieron la gestión de forma transitoria, actuando el Ayuntamiento como mero colaborador. Pero el daño ya estaba hecho: 850 inscripciones (sorprendentemente, esto fue calificado por Rosa Ibáñez como "un éxito").
De forma paralela, en la Concejalía se empezó a trabajar en un proyecto mucho más ambicioso: crear una empresa municipal, como en Castalla, que asumiese la gestión de toda la actividad deportiva en Ibi. Hubo reuniones, se estudiaron los documentos, se aprobó incluso un logotipo. Sin embargo, todo ha quedado en agua de borrajas, como reconoció el Concejal Arturo Picó en la Comisión Informativa de 30 de septiembre de 2010.
